No creo que sea algo traumante el hecho de ir y salir como testigo teniendo 18 años y conociendo bien las cosas y las personas en cuestión. De hecho me ofrecí y se va a tener en cuenta por si acaso. Dije que iba a cambiar mi forma de manejarme, y no quedó solo en palabras. Lo intenté. Pero sigo sintiendome extraña. La charla creo que se apresuró por las presiones pero no se dio por voluntad propia. En el momento me descargué, me saqué un peso de encima. Pero no creo que del todo o como me hubiese gustado a mi ¿Por qué? Porque ahora, después de un tiempo, escribiendo se me forma la tan nombrada "pelota en la garganta", que a mi parecer, son todas las palabras que yo quisiera soltar pero no lo hago para no lastimar, o porque prefiero guardármelas para mí, para no enfrentarme con las mentiras nuevamente en mi cara. Con lo que tuve que escuchar realmente no pienso agarrarle ni una cosa más. Yo pensaba que quizá era una suerte de "cola de paja" por la ausencia y por el no poder aportar. Pero hoy me enfrenté con el "resaltador: $2.00", cuando yo fui siempre incapaz de pedirle algo porque sabía la situación que estaba pasando. Ni un actimel más, ni un paquete de galletitas, ni un remera/vestido/pantalón que nunca llegaron por los cambios. Si de algo estoy segura es que la navidad del 2009 no va a ser como las anteriores, porque no quiero que un regalo quede en un expediente de abogado. Y hoy, estoy segura que no quiero mirarlo a la cara ni escuchar su voz mentirosa.
Se te olvidó poner que aportaste para mis escarpines, o ni siquiera para eso.
Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario