miércoles, 7 de diciembre de 2011

Me cayeron los 21 de un flash

Llegaron las mellis de su viaje a Córdoba y trajeron mucho más que los regalos de Carlos Paz. Juro que sigo con la boca abierta de lo que me contaron, y admito que me siento más vieja que una abuela. No puedo evitar compararme con ellas, y las cosas que me pasaban a su edad. Con mamá nos cagábamos de risa porque una vez me habían enganchado dándome un beso atrás del escenario del colegio (que seguro fue un mini piquito), hicieron tanto quilombo por eso, onda mi mamá casi me deshereda y en el colegio todos me miraban con mala cara. Estoy hablando de 10 años atrás ponele (me deprimí sacando la cuenta). Las mellis empezaron a contarme cosas que hasta me dieron vergüenza (si, tengo 21 años, pero me shockeó). Cuando decimos que las generaciones vienen cada vez más zarpaditas, yo le sacaría el diminutivo. No voy a exponer lo que me contaron, sólo digo que ya hablan de "calienta porong..." ni siquiera "calienta pava"

¿Ya podemos considerar que estoy adulta?